Nos encontramos a diecisiete meses del apagón analógico y pareciera que todo está fríamente calculado para que el 31 de diciembre de 2015 todo el país diga adiós a los televisores analógicos y se dé entrada plena al uso de los digitales.
Si bien en aproximadamente tres o cuatro semanas el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) publicará, en el Diario Oficial de la Federación, la nueva política de televisión digital, todo indica que nadie quiere asumir el papel principal de coordinador y responsable de esta política pública.
Queda claro que, por naturaleza y funciones legales, un organismo o dependencia no puede asumir toda la responsabilidad, pero la comunicación y coordinación que debe existir entre los entes gubernamentales no lo es del todo efectiva.
Lo que se sabe es que la SCT se encargará de repartir televisores por todo el país, de hecho ya inicio en Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila; la Sedesol ha manifestado que tiene identificados alrededor de 13 millones de hogares de escasos recursos, los que formarán parte de un padrón de beneficiados; es decir, recibirán un televisor digital.
A la Semarnat le corresponderá la recolección de equipos analógicos para su debido tratamiento como desecho tecnológico, por el impacto ambiental que tendría depositarlos en el bote de la basura, ya que, de acuerdo con especialistas, tanto los televisores como los monitores tienen compuestos químicos considerados peligrosos, como el plomo.
Por lo que vemos, no es una simple tarea de cambiar una televisión “vieja por una nueva”, de ahí que requiere precisiones la política que sometió a consulta el Ifetel, como en las zonas de cobertura o en determinar que todas las estaciones de un área ya realicen transmisiones.
Por tal motivo, la política de televisión que está por emitir el Ifetel tiene una singular importancia, tanto por el corto tiempo que tiene para mostrar una aplicación efectiva como por el equilibrio de las tareas a realizar. Dejar sin televisión a millones de mexicanos no es asunto menor, por eso se ha dicho que desde que fue cambiada la fecha del apagón (2021) se perdió el rumbo.
