Conforme se acerca la discusión y votación del dictamen relativo a la legislación secundaria en materia de telecomunicaciones y radiodifusión, ha ido adquiriendo mayor intensidad la expresión de preocupación de mucha gente, especialmente jóvenes, en torno a algunas disposiciones contenidas en la iniciativa del Ejecutivo federal, que por la forma en que están redactadas han sido interpretadas por muchos como un intento del presidente Peña Nieto por introducir controles y censura en Internet.
No voy descalificar dichas interpretaciones porque no se trata de eso. Lo que si haré es hablar de que en ningún momento la intención del presidente Peña y su gobierno ha sido la de controlar lo que se difunde a través de Internet o las redes sociales, o bien, invadir la privacidad de las personas para saber qué es lo que ven o escuchan en la red. Es falso que el presidente Peña y su gobierno tengan intenciones represivas, particularmente por lo que hace a la comunicación a través de Internet y las redes.
Es un hecho que al momento de integrar la propuesta de legislación secundaria que se remitiría al Senado a nombre del presidente Peña, las distintas instancias involucradas en esta tarea posiblemente no guardaron un debido balance entre los objetivos relacionados con la lucha contra el crimen organizado y el celoso cuidado de las libertades que hoy se pueden ejercer en nuestro país.
En el Senado, los distintos grupos parlamentarios hemos escuchado diversas críticas y preocupaciones, como indiqué antes, con relación a este tema, desde el primer momento en que se dio a conocer la iniciativa y de manera particular en los foros de análisis sobre ésta y otras propuestas que también están presentadas en la Cámara Alta. No tengo ninguna duda de que los integrantes de las comisiones dictaminadoras estaremos a la altura de lo que los mexicanos esperan de nosotros y que habremos de ponernos de acuerdo fácilmente respecto de diversas modificaciones y eliminaciones que deberán plasmarse en el dictamen relativo a la legislación secundaria, para que no quede resquicio alguno que permita interpretar que el gobierno puede invadir la privacidad de las personas a través de su acceso a Internet o que puede suspender las señales de telecomunicaciones bajo el argumento de que existe un riesgo para la seguridad nacional.
A raíz de la presentación de la iniciativa, en diversos momentos he sostenido contacto con funcionarios del Ejecutivo federal sobre este tema y no tengo ninguna duda de que existe la sensibilidad para dar la bienvenida a los diversos ajustes que habremos de incorporar sobre esta cuestión en el Senado de la República.
Hoy estamos convocados para reanudar la sesión permanente de las comisiones unidas de Comunicaciones y Transportes; Radio, Televisión y Cinematografía; y Estudios Legislativos, donde empezaremos de lleno la etapa que corresponde al análisis, discusión y votación del dictamen correspondiente. Estoy convencido de que las críticas y preocupaciones que válidamente han estado presentes en las discusiones en Internet, en las redes, en universidades, en periódicos y en múltiples círculos donde afortunadamente los mexicanos ejercen sin restricciones su derecho a la libertad de expresión, así como el derecho al acceso a la información, quedarán superadas.
Que no haya duda alguna, México, lejos de regresar hacia etapas de su historia que nadie quiere revivir, avanza firmemente para consolidarse como un estado democrático moderno donde la gente puede ejercer sus derechos con plena libertad. Lo que buscamos es mejorar el bienestar, no empeorarlo.
*El autor es Senador de la República.