En esta ocasión me referiré a los informes sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública correspondientes al cuarto trimestre del 2013, que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público remitió a la Cámara de Diputados el pasado 30 de enero, de conformidad con lo previsto en el marco legal.
En términos concretos, se puede afirmar que contrario a lo que algunos nos quieren hacer pensar, el presidente Enrique Peña Meto entregó al Congreso de la Unión un balance positivo con relación a la evolución de la economía mexicana para el primer ejercicio completo de su administración, así como respecto del estado de las finanzas públicas.
En cuanto a la evolución de la economía, si bien es cierto que la tasa de crecimiento se ubicó por debajo de las expectativas originales, es necesario reconocer que ello ocurrió en un contexto internacional de desaceleración, sobre todo entre la segunda mitad del 2012 y la primera del 2013. Ahora bien, a partir del segundo semestre del 2013 se observó una recuperación en el ritmo de crecimiento en el entorno internacional, situación que contribuyó a un buen desempeño de nuestras exportaciones, que se vio reflejado en un buen cuarto trimestre.
En particular destacaría el hecho – reflejado en números concretos- de que a pesar de haber crecido por debajo de lo pronosticado inicialmente, la economía mexicana siguió siendo percibida por los inversionistas internacionales como una economía estable, con sólidos fundamentos macroeconómicos. Basta ver tan sólo la forma en que reaccionaron los tipos de cambio y las tasas de interés que pagan los bonos de los distintos países en los mercados internacionales a raíz del anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos con respecto a sus intenciones de atenuar el programa de estímulo de inyección de liquidez a la economía, conocido como cuantitative easing. Frente a nuestros pares latinoamericanos, México es el que ha sorteado mejor, por mucho, este anuncio, tanto en niveles como variabilidad.
Del reporte sobre las finanzas públicas, es de destacarse que se ejerció 100% del presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados, y que por primera vez en nueve años, el gasto corriente disminuyó, en 0.3%, mientras que el gasto en servicios personales tuvo su menor tasa de crecimiento en el mismo lapso. Al mismo tiempo, el gasto de inversión tuvo un crecimiento real de casi 4 por ciento. Por su parte, el déficit del sector público se ubicó en 0.3%, por debajo de lo autorizado por el Congreso.
En suma, si bien es cierto que todos quisiéramos ver un mejor desempeño, sobre todo de la economía, no podemos dejar de reconocer que el entorno internacional no fue del todo favorable, situación que se resiente cuando es el primero año de una nueva administración. Sin embargo, vamos bien. La prospectiva para el 2014 es alentadora y gracias al conjunto de reformas del 2013, la correspondiente al mediano y largo plazos es aun mejor.
Postre
Llama la atención que aun cuando el Ejecutivo no ha enviado al Congreso de la Unión sus iniciativas de legislación secundaria en materia de telecomunicaciones y radiodifusión y de competencia económica, respectivamente, ya haya quienes pretenden descalificar su contenido sólo porque alguien les dijo que le dijeron que habían escuchado que el proyecto de Iniciativa no viene en los términos que dicta su obsesión. Lo que menos les importa en realidad es el bienestar de los mexicanos.