Javier Tejado Dondé/ Reforma
Desde hace mucho tiempo no se veía en el País una agenda reformadora tan intensa como la de ahora. Las reformas en marcha trastocan intereses empresariales, políticos, electorales y sindicales. Llama la atención la coyuntura en la que supuestamente se desarrollaría un periodo extraordinario de sesiones en el Congreso y lo que será el arranque del periodo ordinario el 1 de septiembre.
En el periodo extraordinario prevén concretar las reformas a la Ley de Transparencia a efecto de supuestamente fortalecer al Instituto Federal de Acceso a la Información, emitir la Ley para Regular la deuda de Estados y Municipios, la Ley para ordenar el Catastro Público, los nombramientos para los recientemente creados Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) y Comisión Federal de Competencia Económica (Cofecoe), además del nombramiento pendiente, desde hace meses, en el Consejo General del IFE.
Destaca en el extraordinario la posibilidad de hacer una reforma electoral, en la que aún no se definen a detalle los temas a tratar, y que es condición del PAN y el PRD para negociar la reforma energética.
El PAN quisiera en la reforma electoral desaparecer los institutos electorales estatales y enviar sus facultades al IFE, con el fin de minar la operación electoral de los gobernadores. Además, promueven la reelección de legisladores y la segunda vuelta para la elección presidencial. De avanzar estos temas, el PAN se sentiría revivido electoralmente y dispuesto a apoyar la reforma energética.
Por su parte, el PRD limita sus pretensiones al DF. Quisiera que los nombramientos del Procurador y Jefe de policía capitalinos no pasaran por la aprobación del Presidente de la República, que la Asamblea del DF -controlada por el PRD- fuera la que estableciera los techos de endeudamiento y no los diputados. Y, finalmente, que al reconocer al DF como ciudad capital se le otorguen recursos económicos adicionales. La apuesta del PRD es por más recursos para su bastión político, el DF, a cambio no de votar a favor de la reforma energética pero sí de hacer menos revuelo en el Congreso y en las calles durante su deliberación y votación.
Pero aquí empiezan los problemas, pues al PAN, la segunda fuerza política en el DF, no le gusta que el PRD reciba apoyos económicos cuando se va a votar en contra de cualquier reforma constitucional en materia de energía. Supongamos que los partidos se ponen de acuerdo para discutir la reforma energética a partir de septiembre, ésta estará acompañada de debates respecto de la reforma educativa, lo que está ya movilizando a decenas de miles de docentes. Y sobre todo, a partir del 8 de septiembre, las discusiones del paquete económico, que previsiblemente conllevará un aumento de impuestos y eliminación de la exención de IVA en algunos medicamentos y alimentos.
Así que de fines de agosto a fines de octubre, los debates en el Congreso y en las calles serán intensos. El Gobierno pretende sacar adelante su agenda reformadora, pues sabe que las leyes que no modifique al inicio de su Administración difícilmente podrá hacerlo después. Ya modificando leyes se puede dedicar a gobernar.
Por su parte, el PAN y PRD saben que están en una coyuntura donde lo que pidan difícilmente les será negado, por lo que están aprovechando para pedir una serie de elementos que nunca hubieran dado como gobierno, como la independencia total de los reguladores de telecomunicaciones y de competencia económica.
Pero el Gobierno no sólo debiera de cuidar los acuerdos políticos, sino también el contenido de las reformas. Si la idea es que el País se convierta en un polo de crecimiento, el detalle de las leyes aprobadas será clave. Pero lo plasmado en las leyes también será relevante, pues actores extranjeros y nacionales no ven favorablemente la interposición de litigios ante las autoridades judiciales, mismas que están pasando por una etapa de poca credibilidad y muchos cuestionamientos. De tal suerte que si las leyes no dan certeza de inicio, difícilmente habrá quien se arriesgue a interpretar dudas mediante la interposición de litigios.
Así que la variedad de temas a ser discutidos entre el Congreso y el Gobierno en los siguientes meses representa una agenda muy cargada, con el riesgo de que todos los temas se atoren, pero con la posibilidad de que, al haber muchos temas en la agenda exista un gran intercambio de intereses partidistas para destrabar pendientes.
El actual Gobierno ha sorprendido con su agenda reformadora. Ha mostrado arrojo y decisión al empatar temas tabú en la agenda legislativa. Y es que enfrentar en un mismo tiempo a los defensores del estatismo energético, a los sindicatos magisteriales y a los guardias comunitarios no es cosa menor. Esperemos nos sigan sorprendiendo.
Cambiado de tema: Se espera que las Comisiones de Comunicaciones y de Radio y Televisión dictaminen esta misma semana los nombramientos al Ifetel y que la Comisión de Economía dictamine los de la Cofecoe.
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Director de Información de Televisa y fundador del IDET. El texto no necesariamente representa las opiniones de las instituciones mencionadas.