Guillermo Montero
Diario de México
Hay quienes siguen creyendo que tienen que reinventar la rueda. Si ya existe y cumple su función, no veo la necesidad de desgastar tantos recursos y ánimos en forzar a todos a creer que para que ruede mejor hay que cambiar su curvatura por ángulos rectos. ¡No señores! Para que ruede mejor sólo hay que inflarla, como lo hacen en todo el mundo. Punto.
Me refiero particularmente a un Instituto Federal de Telecomunicaciones, organismo constitucional autónomo. Engendro que -se oye- están gestando algunos ”expertos1, cuyas acciones como responsables de temas de telecomunicaciones son precisamente lo que hoy tiene al país embarrado de pocos, caros y pésimos servidos de telecomunicaciones.
Sí. Nos urge un regulador de telecomunicaciones fuerte que haga valer la ley, pero de ninguna manera necesitamos un ente que sólo responda a los partidos políticos, como se pretende con esta Idea original”-del PAN-PRD.
La efectividad de un regulador de telecomunicaciones depende del éxito de su funcionalidad; de la claridad con que se definen sus atribuciones, facultades y responsabilidades; de su capacidad para hacer cumplir la ley y sancionar, de su poder para resolver disputas, de la capacidad de sus integrantes, etcétera. El regulador debe tener la suficiente independencia para implementar políticas públicas sin sufrir la injerencia de partidos políticos. No lo digo yo, lo dice la Unión Internacional de Telecomunicaciones; lo dice el crecimiento del sector observado en los países con un regulador fuerte pero alineado al Gobierno. La rueda ya existe, aquí está ponchada. Sólo hay que inflarla