Gerardo Soria
El Economista
Con sorpresa y preocupación, el fin de semana nos enteramos de que algunos personajes del J Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del Partido Acción Nacional (PAN) pretenden crear un instituto ciudadano que remplazaría a la actual Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) y al que se le otorgaría autonomía constitucional, desmembrando, así, al Poder Ejecutivo.
El Artículo 27 constitucional establece que la facultad de otorgar y revocar concesiones es del Poder Ejecutivo. Trasladarla a un organismo ciudadano implicaría la creación de un cuarto Poder, controlado no por el Presidente de la República, que es electo cada seis años por el voto directo y secreto de los ciudadanos, sino por los partidos políticos, cuyas cúpulas no son elegidas por los ciudadanos, sino por camarillas de tribus e intereses.
Además, PRD y PAN aún no nos han dicho qué entienden por ciudadano. Podríamos recordarles que el Presidente de la República, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, los comisionados de la Cofetel, usted y yo…, todos somos ciudadanos. ¿O ciudadanos sólo son ellos y los que comulgan con sus dogmas, rencillas, traumas e intereses?
No hay referencia internacional de un caso exitoso basado en la presencia de un instituto ciudadano. Si bien en la mayoría de los países desarrollados los órganos reguladores tienen autonomía técnica, éstos se mantienen dentro del ámbito del Ejecutivo con obligaciones de reportes e informes a los secretarios o ministros correspondientes. Sólo así se puede encausar una regulación acorde al Plan Nacional de Desarrollo y no a los intereses y rencillas coyunturales de las cúpulas de los partidos.
La propuesta del PRD-PAN pretende que sea el Senado de la República la instancia que designe a los consejeros de este instituto ciudadano. Si recordamos la experiencia del Instituto Federal Electoral, es de esperarse que la designación se base en cuotas por partido. Así se explica el curioso número de consejeros propuesto por PRD-PAN: siete. Dos para el Partido Revolucionario Institucional, dos para el PRD, dos para el PAN y uno para la chiquillada que se porte bien o haga más escándalo.
El PRD y el PAN quieren desmembrar al Poder Ejecutivo y repartirse pedazos del Estado mexicano como carroñeros, y pretenden confundir los intereses del Estado con aquellos de los partidos políticos. Aunque les cueste trabajo entenderlo, el Estado y los partidos son dos cosas muy distintas.
No es conveniente para la economía nacional y particularmente para el sano desarrollo de las telecomunicaciones la propuesta expresada por el PRD y el PAN para desagregar de la administración pública la regulación de las telecomunicaciones y de la competencia económica.
Lo que se requiere es fortalecer a la Cofetel para que tenga la capacidad de regular y sancionar a los participantes del sector, mejorar las condiciones de competencia y que esto resulte en servicios de telecomunicaciones de mejor calidad y a un mejor precio para los consumidores, tal como lo planteó originalmente el Pacto por México.