Gerardo Flores Ramírez
El Economista
La semana pasada, titulé mi colaboración en este espacio como `La importancia de la TV local`. La dediqué a cuestionar la política regulatoria que privilegia un enfoque de televisión nacional, por encima de la local, implícita ésta en la decisión del pleno de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) de autorizar que un concesionario local de Mexicali, Baja California, el único local en esa ciudad, apague su señal analógica de televisión con una anticipación de cerca de siete meses respecto de la fecha que la propia Cofetel determinó en el Anexo II del acuerdo de mayo del 2012 que reformó el acuerdo de transición a la TDT, del 2004.
En ese artículo, cité la importancia que sí dan a la televisión local los reguladores de otros países. De hecho, mencioné expresamente el caso de Ofcom en Reino Unido. Pues, bien, justamente ayer, este órgano regulador anunció el otorgamiento de una licencia para televisión local en la ciudad de Leeds, estación que, de acuerdo con el comunicado de Ofcom, estará en condiciones de transmitir su señal, digital, desde luego, para cerca de 840,000 hogares.
El anuncio de Ofcom se enmarca dentro de un proceso iniciado en mayo del 2012, y con éste suman ya 17 áreas en las que Ofcom ha otorgado una licencia para televisión local en estos nueve meses. Valdría la pena detenerse un momento para reflexionar sobre este caso y cómo los británicos han enfocado este esfuerzo para impulsar una mayor competencia en el mercado de televisión de ese país. En este contexto, cito textualmente un enunciado que Made in Leeds, el ganador de esta licitación en particular, entre un grupo de cinco interesados incluyó en su comunicado: `La carrera para operar estaciones de televisión local en 19 de las áreas conurbadas más grandes del país es la mayor sacudida de la televisión británica desde la aparición de la televisión satelital.`
Así las cosas, mientras el órgano regulador británico se preocupa y ocupa por la televisión local, el de nuestro país no sólo no se preocupa y ocupa por las estaciones de televisión local, sino que incluso se atreve a afirmar que en una ciudad como Mexicali, donde se estima que aún hay una brecha de 70% de hogares que no está habilitado para poder recibir la señal digital, no representa mayor problema el que se apague la señal analógica de televisión, al fin que ahí les quedan otros seis canales, que no importa que no sean señales originadas en Mexicali.
Si la expectativa de muchos es que con la licitación de las cadenas de televisión no sólo haya mayor competencia, sino mucho mejores contenidos y mucho más oportunidades para otras voces, les tengo malas noticias. Aunque la Cofetel pretenda venderlo de otra forma, el enfoque de licitar dos cadenas nacionales para competirle a los actuales incumbentes es meramente comercial, por eso la insistencia de que sean justamente dos cadenas. Eso significa que es altamente probable que no se abran esos espacios para voces locales que algunos ya dan por descontado. ¿En verdad es ésa la agenda de hoy de la izquierda para medios?