Eduardo Ruíz Vega
La Razón
El Hail Mary es una expresión que no tiene una traducción exacta al castellano, la más cercana sería el “Ave María”. En el argot del futbol americano, el Hail Mary es utilizado para referirse al pase largo, de pocas probabilidades de éxito, que es lanzado directamente a la zona de anotación por el equipo que va perdiendo a unos segundos de que acabe el partido.
La estrategia en materia de interconexión de la telefónica regiomontana Axtel podría ser calificada análogamente como un pase Hail Mary. En efecto, Axtel apostó hace años todo su futuro a un solo evento: pagar tarifas de interconexión por la terminación de llamadas en las redes móviles muy inferiores a las que estableció en su momento la Comisión Federal de Telecomunicaciones. Con ello, Axtel busca convertir a la interconexión (conexión entre distintas redes telefónicas) en un obsceno negocio de arbitraje financiero para beneficiarse de las tarifas caras que ya cobró a sus usuarios, al tiempo de pagar lo que se le viene en gana a los operadores celulares. Suena atractivo ¿No cree usted?
Axtel es el segundo operador de telefonía fija en el país. Obtuvo esta posición mediante el uso de la frecuencia de 3.4 a 3.7 GHz cuyo uso y explotación ganó en la licitación de 1998. Axtel siempre ha jugado rudo; baste recordar que el hecho que se licitara la frecuencia que utiliza (y que sólo lo hace Axtel ante la falta de tecnología de punta) lo obtuvo a base de periodicazo puro en contra del entonces Presidente de la Cofetel, don Carlos Casasús, con la complacencia de las autoridades del sector central.
Para esta nueva estrategia, la de obtener tarifas a modo de interconexión que Axtel paga por sus pistolas hace años, a pesar de carecer de una resolución definitiva y respecto de las cuales, según ha trascendido, no ha cumplido con la norma básica contable de reservar los montos en disputa, Axtel utilizó una nueva herramienta, el recurso de revisión.
Hasta el inicio de este sexenio, como tantas otras cosas, el recurso de revisión había sido considerado un mero trámite previo al Juicio de Nulidad o al de Amparo. Axtel, sin embargo, logró posicionarlo como la llave de entrada al paraíso. Para ello, contó con el apoyo servil e incondicional de funcionarios del más alto nivel de la SCT y “del Bosque” (como uno de los ejecutivos de más alto nivel de esa empresa se refiere en público a la Residencia Oficial de Los Pinos).
Así, en un hecho inédito, Axtel obtuvo resoluciones de recursos de revisión en una materia reservada por ley a la Cofetel, que fueron emitidas ilegalmente por la Subsecretaría de Comunicaciones. En dichas resoluciones, Axtel obtuvo un descuento en las tarifas fijadas por la Cofetel de aproximadamente 50 por ciento. Gran logro del “cabildeo” de Axtel, si consideramos que esa instancia, la SCT, carecía de facultad alguna para emitir esas resoluciones.
Desafortunadamente para Axtel, al ser el recurso de revisión un medio ordinario administrativo de defensa, ante la aberración jurídica y finaciera inherente a las resoluciones emitidas por la SCT, las empresas de telefonía celular acudieron en sendos juicios de amparo a los tribunales federales. En estos juicios Axtel, en una suerte de espectáculo con fichas de dominó, lo está perdiendo todo, hasta la camisa. Por ello como acusan los análisis financieros de la empresa el daño se vislumbra irreparable ya que una vez visitada la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no hay otra instancia ni marcha atrás.
En las próximas semanas se definirán los amparos que atañen a la interconexión de Axtel con Movistar y Telcel. Si todo sigue la ruta que inició Iusacell/Unefón, el pase que lanzó a la zona de anotación el mariscal de campo de Axtel, don Tomás Milmo, será interceptado y con ello habrá terminado este sangriento partido y muy probablemente la presencia de Axtel en el mercado mexicano. Veremos…