10 de julio de 2012
Gerardo Flores
El Economista
Como todos ustedes saben, la semana pasada fue crucial para el sector telecomunicaciones de nuestro país, pues se resolvieron los litigios que por distintas vías había interpuesto Telmex en contra de la negativa de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para autorizarle a prestar el servicio de televisión restringida, y, en consecuencia, modificar el título de concesión de este operador para eliminar o modificar la restricción que actualmente está incorporada en el mismo.
Resulta digno de destacarse que Telmex no logre su propósito a través de artilugios legales ante autoridades cuya especialidad no es la de las telecomunicaciones. Ya he dicho aquí que no es recomendable la modificación de su título sin que antes el gobierno federal haya logrado regular de manera ex ante a Telmex el innegable poder sustancial con que se desenvuelve en prácticamente todos los mercados de telecomunicaciones de nuestro país. Digo prácticamente todos, porque el único que no domina es el de televisión restringida, simple y sencillamente porque no participa en él aún.
Pues bien, de acuerdo con información que trascendió ayer, esta semana podría resolverse otro tema de alto perfil regulatorio, también relacionado con Telmex. En este caso, hablo de los parámetros del sistema de precios tope de la canasta de servicios básicos de Telmex o Price Cap, como comúnmente se le conoce en la jerga regulatoria. En este caso, la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) estaría resolviendo, ex post, los parámetros para el periodo 2011-2014.
El mecanismo del Price Cap lo que busca es que, en un contexto de poca competencia, el operador traslade a las tarifas de los usuarios las ganancias en eficiencia. De lo contrario, las tarifas tienden a ubicarse por encima de lo que estarían si existiera competencia plena. A través de una fórmula muy simple, las tarifas se pueden ajustar periódicamente de acuerdo con el incremento del índice general de precios, pero restándole un factor que representa la ganancia en productividad de Telmex. Es decir que pueden aumentar a un ritmo menor que la inflación, lo que significa que los usuarios nos beneficiamos porque las tarifas tienden a disminuir en términos reales.
El problema es que un asunto que debió ser resuelto en diciembre del 2010, a más tardar, se estará resolviendo casi 19 meses después. Parte de este retraso tiene que ver con la impericia con la que manejó este asunto el entonces Comisionado Del Villar, quien al intentar incluir en este ejercicio el servicio de banda ancha, que no está previsto en la definición de servicios básicos controlados del título de concesión de Telmex, así como algunas otras cuestiones relacionadas con el proceso en sí mismo, dio pie para que Telmex interpusiera un litigio que mantuvo el procedimiento suspendido entre octubre del 2010 y noviembre del 2011.
Con ello, han transcurrido 19 meses sin que los usuarios del servicio tengamos acceso a mejores tarifas o, dicho de otra forma, durante este plazo hemos estando pagando tarifas que, de haber entrado en vigor los nuevos parámetros que ahora sí están por resolverse, serían menores. Al menos, en términos reales.
Ahora bien, este mecanismo regulatorio prevé la posibilidad de lo que se denomina un “salto inicial” es decir, un ajuste de una vez por todas para este periodo de cuatro años al vector de tarifas de Telmex, para colocarlas en el punto a partir del cual se estarán ajustando de acuerdo con estos parámetros desde el momento en que entren en vigor hasta diciembre del 2014. Por lo mismo, y en virtud del retraso ya indicado, sería conveniente que la autoridad considere un “salto inicial” positivo, para que, por esa vía, los usuarios recuperemos parte de los ajustes tarifarios que no han ocurrido durante estos 19 meses.
Asimismo, resulta deseable que la autoridad reguladora resista las presiones del operador incumbente y que resuelva establecer un factor de productividad positivo, pues es sabido que al inicio de la revisión y discusión de los parámetros para el periodo 2011-2014, Telmex llegó al grado de proponer un factor de productividad negativo, es decir, que en lugar de poder aumentar las tarifas a un ritmo menor a la inflación, lo pudiera hacer a un ritmo mayor a la inflación, lo cual es a todas luces injustificado.
La decisión que posiblemente tome la Cofetel esta semana es propicia para hacer ver que, ante una posible modificación del título de concesión de Telmex para quitarle la restricción del servicio de televisión, es importante considerar redefinir la canasta de servicios considerados para el Price Cap, de manera tal que se incorporen el acceso a banda ancha y el servicio de facturación y cobranza a teléfonos móviles, por ejemplo. Entre otras cuestiones.