Germán Saldívar
El pasado 26 de mayo durante la presentación del Plan Nacional de Financiamiento al Desarrollo ante el Presidente de la República, el Secretario de Hacienda mencionó que entre las tareas ineludibles que tiene México está modernizar y extender a todo el país la infraestructura necesaria para el crecimiento y la competitividad y esto incluye el ámbito de las telecomunicaciones.
En este orden de ideas, si revisamos la agenda de las autoridades en materia de telecomunicaciones encontramos que se han tomado algunas importantes medidas, por ejemplo la instrumentación efectiva de la portabilidad que parece que muy pronto será una realidad, pero existen medidas que podría tomar el Poder Ejecutivo Federal sin mayores reformas legales o incluso sin reforma alguna, que podrían incrementar la eficiencia en la prestación de servicios de telecomunicaciones e incluso se podrían adoptar sin necesidad de desembolsar mayores recursos fiscales.
Toda vez que no es novedad que las redes de energía eléctrica son susceptibles de ser utilizadas para prestar servicios de telecomunicaciones, el principal ejemplo que quisiera mencionar es que el Ejecutivo tomara medidas efectivas para permitir que se aprovechara la infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad no sólo para prestar servicios de telecomunicaciones en una escala menor, sino que se hicieran las inversiones necesarias para que esta red se convirtiera en la espina dorsal, es decir en la red principal de redes de nueva generación para prestar servicios de Internet, base de los servicios modernos.
No sobra mencionar que si bien Telmex cuenta con una importantísima red, que es la que hoy por hoy más se utiliza por todas las empresas de telecomunicaciones, ésta por su topología y por las características específicas de su diseño es una red para voz que se ha ido adaptando a las redes de nueva generación.
Sin embargo, ahora que la demanda de servicios ha superado la mera necesidad de los servicios de voz es el momento para tomar grandes medidas que permitan prestar servicios acordes con las necesidades que tiene el País para alcanzar las metas de crecimiento deseadas; esto es aprovechar una red distinta a la de Telmex.
Si bien es cierto que este planteamiento es bastante más complejo que simplemente cuidar los aspectos tarifarios e introducir más fibra óptica por el cableado de guarda de la CFE también es cierto que en términos de la ley vigente puede arrendar su infraestructura –lo cual ya hace-.
No menos importante es que una adecuación de esta naturaleza requiere de una cuantiosa inversión de probablemente unos cuantos miles de millones de dólares que difícilmente se podrían sacar del balance de la CFE; sin embargo seguramente se pueden encontrar los esquemas financieros que permitan a los particulares invertir en el crecimiento y en las adecuaciones de la red, con lo cual éstas no se repercutirían directamente al gasto público.
Bajo esta perspectiva seguramente habría más de una empresa deseosa en encontrar nuevas alternativas y olvidarse de temas bizantinos como son las condiciones de interconexión y las modificaciones al título de concesión de Telmex, a la vez que se sienten las bases bajo un marco de seguridad jurídica que garanticen las mejores condiciones para alcanzar las metas que tiene fijadas el País y no la mejor renta monopólica para un particular.
* El autor es Consejero del Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones