Un mercado que enfrenta dificultades para alcanzar la anhelada competencia efectiva es, precisamente, aquel de telecomunicaciones. Debido a los altos requerimientos de capital, lentos retornos a la inversión y consecuentes barreras a la entrada de competidores, diversos mercados alrededor del mundo suelen identificar niveles altos de concentración que se traducen en un limitado impulso competitivo entre uno o dos operadores principales y aquellos de menor participación de mercado.
En el contexto internacional es común encontrar tres o cuatro principales oferentes en cada segmento: fijo, móvil, banda ancha y TV de paga; so obstante, en varios de estos mercados se hace presente el fenómeno de la concentración. Éste se caracteriza por la existencia de uno o dos operadores que atienden a una proporción mayoritaria de los consumidores y que lo(s) coloca en una situación de ventaja frente a éstos y sus competidores.
Es precisamente en la región de Latinoamérica en la que es posible identificar, de forma persistente, un escenario de falta de competencia en diversos mercados de telecomunicaciones móviles. Al utilizar el Índice de Herfindahl-Hirschman (IHH) como medida de concentración o nivel de competencia en 18 países de la región, se obtiene un nivel promedio de 3,902 puntos que se ubica en el rango de alta concentración, con 44% de los mercados por arriba de este umbral.
Cabe destacar que un nivel de IHH menor es un indicador de que los operadores de servicios móviles tienen una participación de mercado relativamente uniforme. Éste el caso de Brasil, país en el que los cuatro principales operadores alcanzan una cuota similar en la vecindad de 24% y destaca como el mercado móvil menos concentrado en la región con un IHH de 2,447 puntos.
Por el contrario, el IHH es más alto cuando independientemente del número de operadores, uno de éstos tiene una participación significativamente mayor al resto. Aquí los ejemplos de países que se caracterizan por la excesiva participación de mercado de un solo operador son México, Ecuador, República Dominicana, y Colombia.
En estos mercados, el operador América Móvil cuenta con una participación de mercado de 67.4, 61.9, 51.1 y 49.5%, respectivamente, con niveles de IHH de 5,170, 4,790, 4,590 y 3,360 puntos. Precisamente, se trata del operador que en Latinoamérica alcanza una participación de mercado mayoritaria medida en líneas móviles de 35.1% al primer trimestre del 2016 y que cuenta con presencia en 16 países de la región, mismo que en México y Colombia se encuentra sujeto a mecanismos de regulación asimétrica, cuyos principales objetivos consisten en reducir su excesiva participación y alcanzar una reconfiguración de mercado a favor de sus competidores.
El análisis y dimensionamiento del fenómeno de la concentración de mercado al interior de las telecomunicaciones móviles en la región, así como la consecuente incorporación normativa y aplicación efectiva de medidas de regulación para hacer frente a ello, toma relevancia al tratarse de un servicio que alcanza una adopción generalizada entre la población.
En Latinoamérica, la penetración móvil asciende a 115%, por lo que la definición de mecanismos para mejorar los términos en que se contrata el servicio con certeza aumentaría el bienestar de toda o casi toda la población de la región, independientemente de su estrato social.
De ahí nace la necesidad del establecimiento y aplicación efectiva de medidas para la gestación de competencia por parte de los órganos reguladores. Un escenario competitivo es deseable en muchos aspectos, entre los que destaca la mejora en las condiciones del servicio para consumidores, sobre todo en términos de precios y calidad. La suma de todo ello se traduce en mayor bienestar para la sociedad en su conjunto.